Un pedacito de Suiza en Costa Rica, el paisaje es precioso, combinaciĂłn de montaña y lago. La fachada del hotel y el restaurante del edificio principal estĂĄn decorados con encanto. Personal sĂșper amable, servicio muy personalizado, siempre con una sonrisa y pendientes de que estĂ©s bien atendido. EstĂĄbamos de aniversario y tuvieron un muy lindo detalle, nos dejaron una botella de un espumante delicioso en la habitaciĂłn. Nos sorprendiĂł gratamente.
Detalles a mejorar: el mantenimiento general. Las habitaciones son pequeñas y requieren ser renovadas, que se vean mĂĄs cuidadas. Los horarios del recorrido en tren muy limitados, ĂĄrea de los puentes en arco con zacate muy alto (lo que le resta encanto). Restaurante Rondorama parece abandonado, sin decoraciĂłn, se ve hasta sucio. Mil veces mĂĄs bonito el restaurante del edificio principal. MenĂș muy limitado, pocas opciones.