El personal es muy amable. Las habitaciones sencillas, pero con todo lo esencial. El Ășnico inconveniente es que se escucha todo lo de la habitaciĂłn de al lado.
El desayuno muy completo. El menĂș de cena muy sencillo, con tres platos para escoger de primero y segundo.
El entorno es espectacular, con unos bosques de hayas que en otoño son una maravilla. Hay mucha montaña para hacer senderismo y pueblos con arquitectura popular. No debeis perderos los dos Viniegra, el de arriba y el de abajo. La tranquilidad y el silencio que dan este tipo de alojamientos, abadĂas y monasterios, es Ășnica. Las habitaciones son austeras, como corresponde a un monasterio con casi 1000 años de historia, pero son amplias y estĂĄn muy pulcras.
El personal es muy atento y ameno.
Es un lugar fantĂĄstico en un entono increĂble. Las habitaciones estĂĄnmuy bien por el precio que pagas y ademĂĄs son cĂłmodas y estĂĄn calentitas, lo cual se agradece. AllĂ se puede desayunar (5âŹ) y cenar (16âŹ)