El hotel me dejó con sentimientos encontrados: se trata de un hotel antiguo (se nota), con infraestructura regular (tv de habitaciones muy pequeñas y antiguas y un servicio de spa para olvidar), amable servicio del personal que atiende, desayuno correcto pero sin mucha variedad o algo que sorprenda, pero en un entorno que es una real maravilla, ideal para descansar y desconectarse.
MenciĂłn aparte merece el spa, que no cumple el estandar que se espera para la categoria y valor del hotel (piscina interior no muy temperada, dos salas de masajes de un tamaño minimo y con un servicio de masajes muy deficitario a un precio carĂsimo: reflexologia y descontracturante con una pistola de masaje kinegun (cuesta 100 mil en Falabella y por cada masaje te cobran 70 mil) y que con el solo ruido no permite relajo alguno, no se hizo cambio de sabanilla con la persona que se atendiĂł antes, no hay preocupaciĂłn por poner algun aroma especial, oscurecer la salita, velas o mĂșsica. Solo algo de mĂșsica cuando terminaba el interminable golpeteo de la pistola. LlegĂł un momento en que tuve que pedir que me hicieran un masaje "tradicional" con las manos!, el que se realizĂł de forma muy suave y ocupando una parte pequeña de los 60 min contratados). Una decepciĂłn, aun a pesar que en la cuenta cobraron el masaje a mitad del valor despuĂ©s de haber reclamado, no es la experiencia que se espera del spa de un buen hotel. En resumen, hotel de precio mas alto que el que deberia en un entorno maravilloso.