Es un hotel muy familiar, donde te reciben como si fueras parte de ellos, tanto Francisco como Jorge son muy amables, te guĂan te acompañan se vuelven tus amigos, Es cĂĄlido y la atenciĂłn personalizada es muy buena. Lo Ășnico no tan bueno son los baños compartidos pues nunca sabes las costumbres de los otros, pero bien vale la pena alojarse ahĂ. Tienen una pequeñisima piscina donde te puedes refrescar y todos te reciben muy bien. VolverĂa ahĂ cuando estĂ© de nuevo por Guayaquil lo recomiendo